miércoles, 25 de noviembre de 2009

Y somos rebeldes...


“Soy rebelde porque el mundo me hizo así... porque no sigo a los demás... y es que el mundo no tolera que uno tenga su propia fe” Sería un interesante popurrí, asumiendo que la nueva generación tuvo un grito de oposición en las líricas del grupo RBD.
Por lo que corresponde a Tania y a mí, nuestra manera de crear identidad también va de la mano con el rechazo a los caminos absolutistas decretados por cierta parte de la sociedad.
Hace siglos que la humanidad dejó de ser conformista -aunque mantenga matices de amoralidad-. Así que por rebeldes, no somos originales... esto como para aclarar que el asunto ya está digerido.
No obstante, está en cada quien los modos de expresar su inconformidad por los argumentos de los rebaños. Por mi lado, esta situación se presentó mediante una interpretación fría de lo que para otros resultaba divertido en los ratos de juegos infantiles. En el caso de mi esposa, estuvo manifiesto desde temprana edad, según mi suegra.
Dalia es bastante engreída de varios miembros de las familias Guerrero y González. Pero hay una particularidad que, opinan muchos, le permitirá establecer límites llegado el momento de manifestar sus intereses.
Tiene más de un año y no coge el biberón, con el cual está divorciado después de su primer mes de vida. Prefiere agarrar la tapa del envase como si fuese un vaso para tomar los líquidos... pero el biberón no lo toca ni porque parezca juguete.
“Será bastante independiente”, dicen quienes supieron del asunto. Ya de por sí da balbuceos fuertes cuando algo molesta o molestó... casi como si se estuviera quejando.
La incógnita está en como lo manifestará en algunos años más. No conozco mucho de la infancia de mi esposa... pero, si debo empezar desde cuando la conocí y mis experiencias en los casi 33 años que llevo en el planeta, será un dulce reto educar al espíritu rebelde de mi florecita.
Lo importante es que se sepa expresar con argumentos y no con intrasigencias, con educación y no con caprichos, anteponiendo el respeto al interés personal.
Después de todo, de rebeldes está hecho el mundo pero solo los más nobles y cercanos a Dios tienen el éxito individual en sus manos sabiendo, además, trabajar en familia y en equipo.
Sé que sus letras son cuestionables... pero Lucho Rueda tiene razón en decir que no se hace ningún daño “queriendo vivir fuera del rebaño”.
Admito que también depende del pastor.

domingo, 1 de noviembre de 2009

1 año de nuevas perspectivas


Siendo padre parece que el año transcurre más rápido. Desde aquel marzo de 2008, cuando supe que en menos de nueve meses más sería padre muchas cosas cambiaron. No faltó la lluvia de preguntas, muchas de las cuales fueron contestadas el 1 de noviembre de 2008.
Desde entonces, se generó una evolución que mutaba con cada mes, semana y día... y el tiempo terminó en una pendiente. Es el riesgo que se corre cuando se vive con intensidad.
De la mirada ciega se pasó a la inquieta, del silencio se pasó a los balbuceos, del llanto por hambre al llanto por engreimiento. Cada transición fue muy corta aunque hubo como disfrutar cada minuto.
Dalia es responsable de muchas nuevas perspectivas. Poco a poco se convirtió en una necesidad constante de verla, de saber de ella, de llenarla de besos y abrazos.
Instaló casa en mi mente y corazón.
Cada mes fue una actualización de procedimientos, no solo para su cuidado sino para el convivir familiar diario. Nuevas responsabilidades y la presión de que cada día vives para otra persona.
Pero no cualquier persona.
Dicen que se parece mucho a mí -por lo menos es lo que opina la mayoría- pero me conformo con que crezca sanamente en cuerpo y espíritu. Por propia experiencia, sé lo difícil que puede ser la adolescencia... y aquí es donde las bases son importantes.
Los primeros pasos son responsabilidad compartida.
Para la tarea de educar no he conocido teoría efectiva, todo es empírico y bajo el marco de lo particular de cada pareja. Es un compromiso con Dios. ÉL tiene fe en la humanidad y creyó en Tania y en mí para criar a uno de sus hijos.
¿Cómo lo haremos? El tiempo y el acercamiento con ÉL tienen la respuesta.
Mientras, disfruto cada momento con mi hija. En este primer añito de vida, hay más preguntas que respuestas. Sin embargo, tengo la certeza de que le esperan grandes cosas a la más bella flor de mi jardín mientras también mi esposa y yo cumplamos el compromiso divino de guiarla.
Es un presentimiento. Grandes años están por venir.