
Un
sistema de transporte masivo como lo es la Metrovía en Guayaquil
prueba la paciencia aún de las personas que, como yo, evita ser
parte de problemas para poder llegar pacíficamente a su destino.
Pero
aún personas como yo, podemos sucumbir ante el enojo y adoptar
posturas beligerantes.
Decenas
de veces he tenido que ver cómo jóvenes se aprovechan de la
debilidad de gente mayor para apoderarse de un lugar, sea en un
asiento o de pie. Hace unos días, uno de esos mozalbetes se metió
conmigo luego de que una frenada del vehículo provocó que mi cuerpo
se fuera contra el suyo.
Antes
de que pudiera ofrecer disculpas, el tipo me dio un golpe en el
brazo, atacando desde atrás. En ese instante, me volteé para
mirarlo a la cara.
¿Qué
vas a decir?, me pregunta.
“Que
si tienes algún problema con las frenadas del chofer, en la
siguiente parada nos bajamos para discutirlo... Veremos si haciendo
las cosas de frente eres mejor que atacando por la espalda”, le
contesté.
El
tipo, sin bajar la intensidad de su enojo, me queda mirando fijamente
sin contestar. Por breves segundos, le seguí la mirada... Me aparté
del lugar con dirección a la puerta de salida.
Me
bajé en la siguiente estación, el tipo no dejó el bus. En mi
cabeza quedaron dibujadas las posibilidades de escenarios si aquel
impertinente decidía también bajar del vehículo.
Llegando
a mi casa, comento la situación a mi familia. Pongo atención a la
reacción de mi pequeña hija. No me dice nada pero la mirada fue de
asombro.
Unos
días después tengo la oportunidad con ella de hablar a solas. Le
pregunto por lo que pensó en aquel momento. Me contesta inmediata y
enérgicamente: “Pienso que estuvo mal, no era necesario responder
de esa forma”.
No
le discuto. Tuve la opción para reaccionar de otra forma por mucho
que considere que el mozalbete se lo tenía merecido.
Le
ofrecí disculpas a mi hija y le di la razón... Pero también le
recalqué que siempre habrán personas que pondrán a prueba nuestra
paciencia y que está en nosotros establecer la adecuada respuesta.
Es
muy delgada la línea entre la justicia y la venganza.
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