miércoles, 6 de enero de 2010

La creación del universo



Me gusta la ventaja de registrar los hechos. Además de que queda el respaldo de un momento, está la posibilidad de hacer trabajar a la conciencia por lo escrito. No publico todo lo que escribo... hay cosas que son preferibles dejarlas solo en un documento digital.
¿Cuáles? Las que representan la voz inmisericorde del orgullo herido. He aquí donde se gestan pensamientos que, normalmente, no van con mi proceder diario. Fuertes, pero pasajeros. Hay que mirarlos de frente para no darles la oportunidad de agazaparse y, en el futuro, aparecer sin aviso amenazando destruir la estabilidad conseguida.
Es mi universo, concebido bajo la teoría del Bing Bang. Lo que parecía insignificante, -pues así me importaba durante buena parte de mi vida- se transformó en algo que, a pesar de su considerable tamaño, todavía no termina de crecer.
Miro hacia atrás y hasta asusta un poco cuánto ha cambiado. Lo triste es que he necesitado de otros factores además de mi voluntad. Felizmente no vivo de la fe ajena. Sin embargo, he requerido de constantes insinuaciones de otras personas para dar un golpe de timón a varias de mis actitudes.
Puedo aturdirme fácilmente en situaciones adversas o si algo me molesta. Admito que paulatinamente he creado defensas cada vez más altas pero es justamente su alto tamaño lo que provoca que, en una ocasión de mayor impacto, hace que el momento de enfrentarlo sea muy duro.
Santa nostalgia... Esos roces con el pasado, a través de personas que de alguna manera dejaron huella, nos colocan en medio de ecos. La pregunta o moraleja depende de cada quien.
Lo que fue dejó de ser, para alivio de mi conciencia... aunque algunas cosas cambian hay otras que se empeñan en lanzar coquetas miradas de “¿y si pasara?”... no tengo planes de que sea así.
Tengo mi universo equilibrado... difícil la tarea de mantenerlo así. Más de una píldora de Hollywood ha planteado una realidad alterna donde el protagonista no existe. ¿A quienes realmente afectaría la presencia de cada uno de nosotros?
No sé si basta con la huella que se deja. La marca no siempre equivale a una lección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario