Ya
no lo soporto... no estoy dispuesto a seguir soportando esta tortura
cada fin de trimestre... por alguna razón que aún no entiendo, no
me siento motivado en el colegio... me han dicho que soy inteligente.
¿Por qué, entonces, mis notas no reflejan eso? ¿Por qué soy capaz
de superar a mi hermano mayor en una prueba para una beca para un
curso de computación y mis notas en el plantel son inferiores a las
suyas?
Pero
tampoco puedo justificar que por ello deba recibir látigo cada tres
meses de parte de quien, se supone, debe ser mi ejemplo a seguir: mi
padre... Tal parece que la única forma de conseguir algo de su
compasión será cuando me vea inerte en mi cama.
Un
trago de insecticida y a dormir... para siempre.
XX
de septiembre de 1992
Cada
vez que lo repaso, me siento el peor de los mortales... Fui un
egoísta. Nadie me lo ha dicho pero yo lo entiendo así. Creí que a
nadie le importaría si yo faltaba en esta casa... me cegué por el
ego.
Una
experiencia por demás aleccionadora... además de comprobar de que
ese insecticida es tóxico pero no mortal, me percaté que la idea de
convertirme en mi propio asesino fue estúpida. Terminé poco menos
que en coma con tanto suero que debieron ponerme para
desintoxicarme... creo que hasta el alma se libró del veneno.
Vi
llorar a mi papá por primera vez, ojalá no sea la única.
Mis tías vinieron a visitarme. Una de ellas me dijo que de haber tenido un hijo varón, hubiera querido que sea como yo. Me sentí halagado... yo también la quiero mucho.
Mis tías vinieron a visitarme. Una de ellas me dijo que de haber tenido un hijo varón, hubiera querido que sea como yo. Me sentí halagado... yo también la quiero mucho.
Pero
me quedé pensando más en lo que me dijo mi otra tía... que haber
sobrevivido es una señal de que estoy para cosas muy importantes,
que tengo una misión y que muy probablemente deba cumplirla sin
ayuda de mi familia... que no espere recibir apoyo de mis hermanos o
mi padre... que a lo mucho podría contar con mi madre.
XX
de abril de 2009
Cuánto
tiempo ha pasado de aquella vez en que tontamente quise quitarme la
vida... hasta ahora la lección más importante que he tenido que
aprender.
Mi
tía tenía razón... tengo una misión importante: ser padre de
familia.
Hace
poco tuve que asumir de lleno ese rol... tengo una familia hermosa...
pase lo que pase, veré porque mi esposa y mi prole estén bien...
XX
de octubre de 2009
Apenas
puedo creerlo... A lo que conduce el ego... si no lo sabré yo.
Pero
como he dicho anteriormente, nadie se mete con mi familia, aunque se
trate de mi propio hermano. Egoístamente ha creído que cuidar sus
muebles en mi casa era un favor para mí... para que tenga dónde
sentarme... Como si yo no estuviera en capacidad de dar esa comodidad
a mi familia. ¿Qué se ha creído?
Que
se los lleve... ni falta que me hacen. Mi esposa ha tenido que
alejarse hasta que no haya nada de mi hermano en nuestra casa. Por si
las dudas, interpuso una orden de restricción en contra de mi
hermano. Me duele pero lo entiendo.
Ahora
mi hermano, su esposa e hija viven en casa de mi madre, con ella...
eso no terminará bien, y así se lo he manifestado a mi progenitora.
Nunca he creído prudente que parientes políticos compartan un
techo.
Ojalá
me equivoque.
XX
de XXX de XXXX
Si
mi esposa lo hubiese convertido en apuesta hubiera ganado. Hace pocos años, ella
alguna vez dijo: "Lo único que quiere tu hermano es sacar ventaja del
departamento o quedarse con él"... tuvo razón.
La
situación se volvió insostenible... mi mamá vive enferma como
resultado del maltrato sicológico de la que es víctima en su propia
casa. El intransigente de mi hermano no acepta que mi mamá salga con
una persona que considera un oportunista... llegó al punto de
prohibir a su esposa que la ayudara en cualquier cosa.
Y sin embargo, bien que se ha servido de nuestra madre.
Y sin embargo, bien que se ha servido de nuestra madre.
He
tratado de hacerle ver sus errores a mi hermano pero no lo acepta de
buena manera y termina insultándome... yo, en su momento, respondí
igual...
Sin
embargo, toca hacer una reflexión... No puedo exponer a mi propia
familia en el afán de ayudar a mi mamá. He decidido acogerla en mi
casa... y que mi hermano se quede solo y feliz en casa de mi mamá.
XX
de XXX de XXXX
Ahora
mi hermano ha sacado a la luz -otra vez- el afán de vender la casa
de mi padres para que mi madre “ya no siga trayendo a ese señor”...
para ello, cuenta con un aliado: nuestro padre.
Le
llamé y le dije a mi progenitor que lo que le ocurra en el futuro a
mi hermano, por esa actitud, también será responsabilidad de él.
Me
respondió que si pensaba matarlo y si estaba de acuerdo con el
ejemplo que da su ex mujer a sus nietos. “No sea payaso”, le
dije. “Mis métodos de castigo no son violentos”... O sea, me vio
cara de criminal... ¿Tan poco me conoce?
En
cuanto a los ejemplos, le saqué en cara algo que tenía guardado
hace mucho y que en aras de la paz de mis apellidos nunca repasé
frontalmente. “Usted no es quien para venir a hablarme de
valores... prácticamente me llevó a contemplar el suicidio”.
Intentó
justificarse en que solo me pegó por los estudios... Qué mala
memoria tiene... terminó diciéndome adiós... empero sé que me
buscará tarde o temprano.
Mi
hermano, por su parte, me hizo responsable de lo que le pase a su
familia. Le recordé que él ya tiene una orden de restricción por
lo que hizo en aquella ocasión de los muebles y que por mi parte, le
daré gusto: el departamento se vende.
Y
que disfruten de su soledad, los dos... al paso que van, es lo más
probable.
De
mi lado, tengo sobrados motivos para vivir.
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