lunes, 7 de junio de 2010

El primer beso de Dalia



Me van a decir que soy un exagerado... que soy un paranoico... que soy celoso... y lo triste es que a lo mejor estén en lo cierto.
Estoy consciente de todas las circunstancias en que se dio el evento y que ninguna de ellas justifica lo que sentí... y sigo sintiendo. Mi pequeña, mi inocente y dulce florecita, le dio por acariciar con sus labios los de otro pequeñín, casi de su edad.
“Te tengo en la mira”, fue lo primero que dije tras lo ocurrido. La frase encerró una mezcla de sarcasmo, broma, soltura, celos más una pizca de seriedad... ¿Y qué más podía hacer? Sencillamente, nada más.
Fue inesperado... pero supongo que tenía que ocurrir algún día, si partimos del hecho de que Dalia es muy sociable y que gusta de regalar saludos a cuanta persona le inspire a hacerlo... es su secreto para cautivar a propios y extraños.
En casa, sale a recibir a todos: mensajeros, repartidores y cualquier peatón... y a todos les arranca una sonrisa... pero hasta el domingo 6 de junio de 2010, cerca de las 18:00, hasta ahí se limitaban las muestras de afecto para otras personas.
Paseando con mi esposa e hija por el Parque Forestal, me encuentro con una antigua amistad que estaba en similar plan de esparcimiento con su pequeño de casi 2 años. La saludé y le presenté a mi familia, tal y como es regular desarrollar un encuentro de esta índole.
Casi al mismo tiempo las madres dijeron a su prole que se saluden... lo más seguro es que el niño también cuente con mucho afecto dentro de su familia porque hizo lo que Dalia... estirar su diminuta boca para saludar... era inevitable.
Por mi parte, ya sabía lo que ocurriría y la escena transcurrió lentamente desde mi mente. El conflicto interno, entre el instinto que desconfía de todo y el consciente que siempre antepone la educación, duró unas centésimas de segundos pero fue tenaz... al final ganó el más ético.
Y pasó... los pequeños juntaron sus labios en un corto e inocente beso. Tras las bromas por el hecho y luego de despedirme de la amiga. Traté de desahogar a mi corazón que inevitablemente se estrujó porque la escena me recordó, una vez más,que mi nena está creciendo... linda y hermosa, y lo más probable es que en el futuro tenga muchos pretendientes.
Imaginar lo que puede venir con el tiempo me dio la pauta para desahogarme. “En el futuro, no podrá venir a decirme que tuvo su primer beso porque yo sabré que no es así”, dije. “Ay, David, deja el drama”, fue la respuesta de Tania... seguramente pudo ver más allá de la frase.
Pero no se puede discutir que fue un evento inédito... en el futuro tendré que aprender a confiar.

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